La octava villa fundada en Cuba por allá por el siglo XVI todavía pervive en Villa Clara como un trozo de historia que se resiste al tiempo y conserva aún una trayectoria artística y cultural que la ha convertido en Monumento Nacional de la Isla. Remedios o mejor, la Villa de San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo, fue fundada por Vasco Porcallo de Figueroa en tiempos de la colonización. Hoy se conservan en este poblado edificaciones que muestran el nivel alcanzado por el artesanado criollo durante la colonia y expresan el modo de vida, las contradicciones de clases y los criterios estéticos de la población cubana a lo largo de cuatro siglos de historia.
Remedios es una ciudad dinámica de vida propia, con excelentes edificios, lindos paseos y animadísimos parques, escuelas y monumentos. En las últimas décadas, ha conocido de un gran desarrollo social y cultural. El elemento más distintivo de la región son sus famosas Parrandas, festejos anuales a los que concurren personas de toda la Isla, que han sido declaradas Fiesta Nacional por su antigüedad, trayectoria histórica e inalterable belleza. Tan importantes son, que existe en la ciudad un museo dedicado a este fenómeno: El Museo de las Parrandas, desde abril de 1980, que aglutina toda la memoria de las celebraciones y conserva el patrimonio mediante fotos, documentos, maquetas, vestuario, instrumentos musicales y objetos artesanales, relacionaos con estos seculares festejos.
Remedios posee, flanqueada por hermosos flamboyanes, una plaza muy singular, porque es la única del país con dos iglesias: la de Nuestra Señora del Buen Viaje y la Parroquial Mayor de San Juan Bautista. En esta última existe un enorme altar enchapado en oro y dentro de una vitrina o escaparate se puede admirar una escultura representando a la Inmaculada Concepción, embarazada, la cual se dice es única en el mundo.
También se caracteriza por la irregularidad de sus calles, con grandes aleros que protegen a los caminantes de la intensidad del sol, a la vez que crean un entorno que llama a adentrarse por las arterias de la centenaria urbe. Otro de los tesoros de la villa es el museo consagrado al destacado músico cubano Alejandro García Caturla, nacido allí en 1906, que custodia en la que fuera su casa, numerosos exponentes vinculados a su quehacer artístico.